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martes, 7 de septiembre de 2010

Pásenme un rollo de papeeeeeel!!!!!!

Desde chiquitita me ha venido acompañando una especie de karma que se manifiesta, muy especialmente, en los momentos de mayor apuro de mi vida; es decir: cuando voy al baño. No se asusten que no voy a salir con ninguna atrocidad!
No importa a cual baño vaya, ni importa cuántos cubículos tenga ese baño. “Impepinablemente” , el que yo escoja para entrar va a ser el que no tenga papel. Eso lo pueden escribir! Ustedes se reirán, pero de verdad, no pasa un solo día del año sin que yo tenga que cambiar el bendito rollo de papel sanitario en algún lado, o por lo menos avisarle a quien le toque hacerlo. En mi casa hay tres baños; el que yo escoja para mis necesidades, es siempre justamente el que no tiene papel…francamente!
Me acuerdo de los viajes en ferry a Margarita, aquellos camastrones que se tardaban como seis horas desde Puerto la Cruz en los que el baño quedaba en la mitad del pasillo entre los asientos y el restaurant. Siempre había una tipa en la puerta del baño de damas, cuya única función era hacer rollitos de papel higiénico para dárselo a quienes iban a hacer uso del baño. Pues qué creen? Invariablemente, al llegar yo, tenía que esperar a que fueran hasta la otra parte del barco a buscar más papel…y yo aguantaaaaando con las piernas cruzadas. Ojo, digo única función porque limpiar los baños como que no era con ella, pero eso es tema para otro post.
No recuerdo ningún baño con papel en el colegio, aunque mis compañeras me dicen que sí había de ese que parece papel de lija gris, y en la universidad……pues creo que la matrícula no era suficiente para comprar papel para todos los baños porque en cinco años, creo que tuve el privilegio de encontrar papel unas dos o tres veces nada más!
Con la invención de los maxi-rollos esos que hay ahora en todos los baños públicos, llegué –ilusamente- a pensar que mis problemas habían terminado. Jajaja! Qué lejos estaba yo de la realidad. Ahora es peor la vaina, porque llego al baño y como veo papel colgando por la abertura del monstruo ese donde ponen el maxi-rollo en cuestión, entro con toda la confianza del mundo, pero después de hacer equilibrio, apuntar, etc., cuando llega el momento de la verdad y halo el papel….. quedan dos cuadritos y medio que no alcanzan ni para secarse una gota de sudor!!! En el último mes me ha pasado esa vaina tres veces en el baño del trabajo, cooooñooo!
Yo me dejé ya de mariqueras y ahora cargo en el bolsillo mi paquetico de kleenex y cuando me vuelva a pasar, voy a cantar victoria y le diré al baño: tú a mi no me jodes!!!
Pero en serio, cual es la probabilidad de que a uno le toque ese maxi-rollo vacío? Son kilómetros de papel….por qué carajo se tiene que acabar justo cuando me toca a mí entrar en el baño?

1 comentario:

  1. Jaja...La lectura de tu blog siempre es aleccionadora y divertida. Gracias!

    N.T: Deberias empezar a cobrar "minimum fee"...

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