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viernes, 12 de marzo de 2010

Cosas "verdes", Sancho

El de hoy es otro de esos relatos que, por muy surrealista que parezca, viene de la vida misma. Uuuuy! No se asusten que no es tan profunda la cosa.
Como es costumbre, en diciembre los colegios hacen actos en los que participan todos, o casi todos, los párvulos de la escuela. En el colegio donde está mi hijo menor hicieron lo propio, escenificando un pesebre muy colorido y bien logrado. Esta servidora, haciendo gala de su más reciente pasatiempo, decidió tomarle fotografías a todos los carajitos durante la puesta en escena del acto en cuestión. Con las fotografías, armó un álbum virtual, de esos que sólo se pueden ver en la red. La idea era mandarle a los padres el link por correo electrónico para que lo pudieran también compartir con sus familiares y amigos. Lástima que no tenía ni la más remota idea de la clase de peo en la que me estaba metiendo!
“Son apenas 12 papás” me dije, así que me llevé una libretita y una pluma para anotar los emails de cada uno…jajaja! Qué ilusa!
Las reacciones variaron entre caras de sorpresa, miradas curiosas y gestos sin sentido. No hubo una sola persona que me dijera que sí tenía una dirección de correo electrónico. Yo sabía con certeza que algunas personas me iban a decir que no tenía email, pero nunca me imaginé que NINGUNA lo tuviera. Ojo, les estoy hablando de personas de clase media y media-alta. Muchas andan en Mercedes Benz, más de la mitad viajaron a esquiar en diciembre y todas, sin excepción, usan ropa de marcas reconocidas.
Luego de una semana y media, logré recabar 6 emails de parientes o amigos de estos papás que les estoy relatando. Entre las respuestas que recibí, parafraseo algunas: “ah! Sí, mi hermana que vive en Roma creo que tiene uno (un email)”; “le voy a preguntar a mi esposo porque creo que alguien en su trabajo lo tiene”; “un qué?”; “no, a mí no me gusta eso”. Entre los que finalmente pude recabar, me llamaron poderosamente la atención dos: “Fulano chiocciola libero punto it – es decir fulano@libero.it” y www.fulanonofulano1976@libero.it”. Evidentemente se los dictaron por teléfono!
De los 6 que finalmente mandé, sólo uno lo ha podido ver (ya estamos en Semana Santa).
Había leído en alguna parte que Italia era el país de la CE con la menor penetración de internet y antes me costaba mucho entender el por qué del rechazo de los italianos del norte a los italianos del sur, la Lega Nord y esas cosas, pero ahora sí entiendo. Son dos Italias, una de Roma hacia arriba, desarrollada, industrializada y de vanguardia. La otra de Roma hacia abajo, agricultora, con pocas industrias y mucho desempleo, exageradamente apegada a las tradiciones y poco abierta a las innovaciones. La penetración de internet, definitivamente, se ha dado de Roma pa’rriba, porque lo que es aquí en el tacón..nanai, nanai!

1 comentario:

  1. Compañera en el exilio, y amiga mía: (es vicky por cierto)

    Tienes toda la razón, las cosas de las cuales nos damos cuenta en el exilio de nuestra amada patria! Me han pasado cosas similares aquí en México, cosas como re descubrir la cultura que se suponía compartía todo el continente, que diferente se vive al norte, ya no hablemos de tu shock cultural con Italia. Por lo menos en lo que se refiere a hispanoamerica no debería ser tan distinto, pero lo es, aqui se supone que hablamos el mismo idioma, y digo se supone porque no importa como hable, si gocho o valenciano igual no me entienden.
    He sido confundida con argentina, colombiana, peruana, cubana y hasta chilena, en todos los casos un agridulce sabor me invadió, un país tan turístico es incapaz de reconocer acentos tan diferenciados. Aquí deberían llamarse picantelandia porque todo, absolutamente todo se lo comen con picante, sal y limón. No hablemos ya de que la tortilla reina en toda comida y a toda hora, con todo lo que se pueda echar encima de esta.
    No hablemos ya de las costumbres en navidad, cosa que nunca jamas se comparará. Imagínate tal es mi eufórica felicidad de descubrir muy de vez en cuando un compatriota en el exilio, una banderita tricolor de Venezuela en un carro, y no hablemos ya comerme una arepa, aunque sea con harina pan colombiana. En fin heme aquí añorando un sancocho cruzado, unos tostones con salsa rosada y queso rallado en la orilla del mar caribe, unas empanada de cazón del palito y una bandeja de tequeños, ni te cuento del calor humano irremplasable de la familia, y asi mil cosas mas.

    Ya no veo la hora en la cual el loco Hugo terminara de echar a perder la vaina a tal punto de que lo reemplacen de una vez por todas, pero el deterioro continua y ahora les callo encima el niño, asi que, que dolor amiga, cuando sera que volveremos a ver nuestra patria como era hace 10 años???

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