Este va a ser cortico. Sólo para comentarles que la complicación no es exclusiva de los habitantes de mi Macondo meridional (Polignano), Noooo! La vaina es genética! Yo pensé que al llegar a mi terruño ya me podía ir olvidando de las tragedias y ahogaderas en un vaso de agua de los italianos y que me tocaría lidiar de nuevo con las incompetencias y chaveztialidades de mis coterráneos, pero no fue así. Había pasado por alto el pequeño detalle de los documentos que van y vienen a través del consulado.
Conseguir a tiempo las notas de 2do grado de mi hijo fue más complicado que sacar un permiso para visitar una una estación espacial. Desde solicitudes por escrito directamente en Polignano con un mes de antelación, pasando por las continuas ausencias del director del colegio (única persona con autoridad suficiente para permitir la emisión de la boleta dos días antes de la fecha oficial de entrega de la misma) y carreras de mi buen y abnegado esposo pocas horas antes de abordar el avión, hasta la dejadez, mala atención y falta de respeto de la encargada de asuntos educativos del Consulado Italiano en Caracas. Pero como siempre, lo logré nojoda!
Pese a todas las adversidades, sorteando todos los obstáculos y desafiando hasta las opiniones de los más entendidos en la materia, quienes me aseguraban prácticamente con una mano en la biblia que lo que yo necesitaba no lo iba a poder encontrar ni en el sarcófago de Tutankamon, pude al fin conseguir por escrito la información que tanto anhelaba...y gratis!
La mujer del consulado hizo algo que muchos de sus connacionales intentaron en vano durante un año: logró sacarme de mis casillas, haciéndose merecedora de un estridente y reconfortante "ma vaffanculo"...claro, tomé mis precauciones y en ningún momento le di ni mi nombre ni ningún indicio de mi procedencia...no fuera a ser que me declarara persona no grata, porque ahí si es verdad que se me iba a trancar el serrucho!